jueves, 29 de marzo de 2012

Mentí

         Mentí.
         Hace mucho, mucho tiempo no lo hacía.
         Esta vez fue necesario.
         Quería salvar mi corazón.     
         Pero sólo lo hundí más… lo ahogué.
         Hice creer que jugué cuando sólo vivía sintiendo.
         Situaciones que separan corazones me hacen mentir.
         Ausencias, falsas esperanzas, falta de seguridad.
         El caso es que mentí… ahora me odian.
         ¿Tener odio es mejor que tener lástima?
         No, nada es peor que tener ausencia.
         Mentí. Eso es todo.
       Y tal vez él nunca quiera saber que fue así, o ignore saberlo.

jueves, 22 de marzo de 2012

¿Quién entiende a los hombres?

       No sé cuántas veces se ha dicho que las mujeres son incomprensibles, pero si de algo estoy segura es de que los hombres no se quedan atrás. Muchas veces nos hacen halarnos los cabellos por no saber lo que realmente quieren o no entender algunas de sus acciones.
         En los últimos días tuve acceso a tres historias de amor que creo que deben ser llamadas de otra manera, ya que el amor lamentablemente es lo que menos ha estado presente… bueno, de parte de ellos.
         La primera es la típica historia del ex que quiere regresar y hace lo imposible para que la chica piense que todo mejorará. Una vez logrado el objetivo, vuelve a ser lo mismo. Peleas, indiferencia, cero cariños. Y entonces te preguntas, ¿para qué demonios quieres regresar para seguir sintiéndote mal?
         La otra historia es acerca de una pareja donde la chica no estaba muy enamorada, pero sentía que podía llegar a querer a su novio debido a que él la trataba de manera muy especial, ganando su amor poco a poco. Una noche ella decidió confesarle que le quería, y en verdad lo estaba sintiendo. Pero al día siguiente, ¡error! El chico desapareció. La eliminó de toda red social existente y nunca le dio la cara. Cuando se decidió a enfrentarla, le puso una excusa realmente tonta para justificar lo que sucedió. Y vuelves a cuestionarte, ¿qué demonios?
         Y por último, el cuento de la chica que tiene admiradores, pero ninguno llena sus expectativas. De repente llega uno que había estado insistiendo bastante en acercarse y éste le llama la atención. Ella le da la oportunidad de conocerse más a fondo y ¡boom! se enamora. Cuando eso sucede, el chico cambia su manera de tratarla. Ya no hay frases bonitas, casi no hay comunicación y cuando ella se pregunta qué estará buscando él, se da cuenta de que al parecer no es lo mismo que ella, pues el interés ha ido decayendo y cuando alguien está interesado en una persona, arriesga y no deja pasar oportunidades. Entonces la chica en cuestión queda ilusionada en vano, cosa que había estado evitando desde hacía un buen tiempo. Como para preguntarse qué carambas pasa por la mente de los hombres, ¿no?
         Sinceramente, chicos, creo que explicar más acerca de esto está demás. Ninguno de nosotros podemos entendernos y sí, he pensado que es lo mejor pues sino todo sería aburrido, pero, por favor, ¿podrían ser un poco más claros?
         Siempre escribo para darles consejos que ni yo misma aplico en mi vida, pero esta vez se los digo no como recomendación, sino pidiéndoles un favor. Primero definan bien lo que desean, luego den el paso.
         Sabemos que hoy en día es muy difícil enamorarse y que no hay que generalizar, todas las mentes y relaciones son distintas, pero no es posible que algunas personas vayan por la vida sin saber lo que quieren y arrastren a los demás consigo.
         Hay mujeres que aún queremos cosas serias, estables, y que ya no necesitamos más golpes. Si no vas a querer algo con una mujer, si no vas a responderle, si sólo quieres algo de una noche: no la ilusiones.
No te gustaría que te hicieran lo mismo.