-Cuando
nuestra novia nos mantiene contentos, no tenemos necesidad de mirar a los
lados.- dijo Eleazar, mientras tomábamos una copa aquella noche lluviosa, en un
bar cerca de la playa.
Realmente
me llamó la atención aquello. ¿Si nos mantienen contentos? Es decir, ¿el amor y
el respeto se basan en una simple dosis de atención? César, el chico que mi
amiga Carmen nos presentó ese día, también dijo cosas claves.
Por
ejemplo, que la rutina acaba con todo, cosa en la que tiene toda la razón.
Pero, ¿el amor se esfuma por tener un mes haciendo las mismas cosas? ¿Es el
amor algo tan efímero?
Si
bien es cierto que la rutina nos aburre, la comunicación es algo clave. A mi
modo de verlo, no por tener un mal rato con la persona que amas, debes
engañarle para salir de la rutina.
Era
el segundo César que mi amiga nos presentaba en aquel bar, y era también la
segunda noche que nos sentábamos con Eleazar a hablar de esos temas que a veces
nos joden la vida.
Pero,
¿hablar de relaciones con un hombre en quien no tienes ningún interés? Eso
siempre es provechoso. Sueltan datos claves que nos ayudan a entenderles.
Aún
así, sigo sin procesar lo que me decían. “Los hombres necesitan emociones
nuevas”. ¿Por qué engañar a alguien y hacerle sufrir, cuando se puede, antes,
terminar la relación? ¿Por tener algo seguro?
Recuerdo
el caso de un amigo que hace tiempo tuvo algunas aventurillas porque su novia
estaba lejos. No se enteraría, es cierto, pero, ¿qué sí? ¿Y si ella hiciera lo
mismo y él se enterase? Entonces, maldeciría el día en el cual decidió confiar.
Por
ahí dicen “no hagas lo que no te gusta que te hagan”. No juegues con los
sentimientos de nadie. No mientas a alguien que daría todo por ti.
No
era la primera noche en la que un grupo de amigos y yo nadábamos en ese mar de
opiniones encontradas. Tampoco era nuevo para mí escuchar el descaro de algunos
especímenes del sexo opuesto. Lo que sí era una novedad, en cambio, era
descubrir que yo esta vez no los apoyaba, a pesar de tener una carga sobre mis
hombros en esa materia.
No,
yo no apoyo el engaño.
Yo
no soy parte del engaño.