Fer siempre amó la navidad.
En esa época compartía con su familia y amigos como nunca y, por supuesto, amaba los regalos.
Pero el año pasado vivió la peor noche buena que humano alguno pueda imaginar.
El 22 de diciembre su mejor amiga desapareció.
No dejó huellas. No se escapó. Simplemente nunca más la vieron.
Empezó una búsqueda desesperada y la espera en un teléfono, imaginando que alguien llamaría para pedir dinero.
Nada sucedió.
Esa noche, un extraño regalo apareció en el árbol de navidad de Fer.
Ese año no celebró.
No usó el vestido que escogió con su amiga ni bebió el licor que otros le ofrecían...mucho menos probó el pan de jamón.
Se hicieron las 12:00 am del día 25 y la familia de Fer decidió abrir los regalos para distraerla un poco.
Por supuesto, su mejor amiga aún no aparecía.
Abrieron muchas cajas, rompieron papeles y aún seguía bajo el árbol aquel extraño obsequio.
Tenía una tarjeta.
Sólo decía: "Fer".
Ella no quería abrirlo pero alguien de su familia le dijo que tal vez su amiga lo había dejado allí para ella.
Decidió destapar la caja roja que empezaba a oler un poco mal.
Sólo se oyó un grito y Fer saltó de su asiento con una horrible cara de susto.
La caja contenía dos ojos humanos y la foto de su mejor amiga.
La tapa tenía una nota:
"Alguien nunca más podrá verte".