Recibo un mensaje de texto alrededor de las seis de la tarde.
-¿Qué haces, mi amor?
-Estoy en casa, esperándote, ¿y tú?- Le respondí.
-Voy saliendo de la oficina.
Mi mente empezó a crear un juego que lo dejaría loco. Me tomé una foto, tal cual estaba vestida y se la envié al celular. Enseguida respondió.
-¿Y esa foto? Voy camino a casa.
No le respondí. Le envié otra de mi camisa...en el piso.
Me llega otro mensaje.
-¿Esa es la camisa que tenías puesta?
-No escribas mientras manejas- Le respondo y seguidamente le envío una imagen de mi pantalón en el suelo, al lado de la camisa.
-No me calientes mientras manejo.
No hago caso a su mensaje y me tomo una foto en ropa interior y se la envío preguntándole cuál pieza quitaría primero.
-Sorpréndeme- Contesta.
Le envío una imagen de mi brasier sobre la cama y, pocos minutos más tarde, oigo que abren la puerta.
Entra silenciosamente, con el teléfono en la mano y una mirada que gritaba deseo.
No dijo nada, se acercó a mi y su respiración agitada estremeció mi cuerpo.
-Quítatelo, quiero ser yo quien tome la próxima foto- Me ordenó, sonríendo.
-Quiero que sea tu boca quien lo quite- Le dije, casi susurrándole, mientras pasaba mi dedo por sus labios.
Este post!
ResponderEliminarCompartiré contigo una confesión: amo la frase "voy saliendo de la oficina". =)
=)! Jaja qué bueno que te haya gustado. Saludos.
ResponderEliminar