Decidí
esperar un poco a que pasara el despecho post electoral para poder redactar
esto sin lágrimas en los ojos y con ganas de expresar sentimientos sin palabras
feas.
El mundo ya sabe el resultado de todo y
yo, yo volví a quedar con el corazón roto y las ilusiones por el piso como lo
comenté en mi anterior entrada. Sobre todo por ver cómo el futuro se me hace
más oscuro. A mí, y a todos mis hermanos venezolanos.
Una cantidad de personas eligió por
todos y debemos vivir con problemas gracias a ellos. No hablaré de unidad, no
diré lo que realmente pienso, sólo que sepan que ganas de luchar nunca faltan y
que los problemas políticos no deben afectar toda nuestra existencia.
Recuerdo que uno de mis escritores
favoritos siempre hacía énfasis en que debíamos crearnos nuestro propio mundo y
regalarle el caos a los demás. Supongo que eso es lo que haré de ahora en
adelante, como siempre, con la frente en alto y persiguiendo mis sueños.
Gracias a todos mis amigos de otros
países por tanto apoyo y por cada uno de sus mensajes. Estaremos bien. Todos,
no sólo Venezuela. Por ello, trabajemos en armonía con el Universo.
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