En nuestra sociedad existe un grave problema de aceptación. Todos son juzgados por sus gustos, decisiones y maneras de vivir. La tolerancia parece haber desaparecido junto con los valores. Pero, ¿por qué no hay respeto?
El respeto es considerado como la base donde se sustentan la ética y la moral. Y para poder hablar respecto a él se debe tomar en cuenta las áreas dónde no se aplica, donde es necesario que esté presente.
Comprender y aceptar a los demás es respeto. Muchas veces hemos visto cómo las personas son juzgadas, sin saber siquiera las razones por las cuales toman un determinado camino. Pongamos como ejemplo la homosexualidad, un tema tan hablado y tan mal tomado en la actualidad, a pesar de que poco a poco ha sido más aceptado.
¿Por qué tienen que faltarle el respeto a alguien que ama a una persona de su mismo género? ¿Acaso para ellos no existe el amor? ¿Es pecado que eso suceda? Pecado sería reprimirse. Pero el problema no es que sean homosexuales, el rollo es que la gente no lo acepta, por lo tanto, hay una falta de respeto.
Si todos llegasen a comprender que es una condición con la cual se nace, que todos tienen el derecho de decidir cómo y con quién compartir su vida, entonces todo sería muy distinto. Respetar es dejar ser libre al otro, aceptarlo tal cual es.
No se debe ofender a quien es un alma libre por el simple hecho de que todos lo somos. Que un hombre o una mujer hayan decidido algo distinto a lo que decidiste tú, no significa que eso te dé derecho a tratarlo como un ser inferior o enfermo.
Todos los sentimientos deben ser respetados. Los moralistas hablarán y dirán que está mal actuar de manera distinta a lo establecido por la sociedad, pero entonces ellos también estarían faltando pues está mal no respetar al prójimo.
No se trata de que si no te gusta determinada cosa deba agradarte para que entonces seas considerado como un ser respetuoso. Basta con que te limites a aceptar que cada quien decide su camino, cada quien es libre. De eso se trata el respeto que tanta falta hace hoy en día.
El filósofo francés Rousseau tiene mucha razón cuando dice: “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”. Pongamos, pues, esto en práctica y respetemos para poder ser respetados.
Totalmente de acuerdo. Tal vez no estemos de acuerdo con algo, pero es importante que defendamos el derecho de la gente de hacer y pensar cómo le dé la gana. No es que se defienda algo erróneo (a veces pasa), pero si comprender la posición del otro y el por qué de sus elecciones. Buena reflexión. Saludos y que el Gran Espíritu te guíe siempre...
ResponderEliminarMuchas gracias =) Qué así sea. Bendiciones para ti y gracias por tomarte un tiempo para leerme y comentarme. Saludos.
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