viernes, 20 de agosto de 2010

Sinónimos de amor


Magia. Música. Miradas. Sonrisas. Estrellas. Dolor. Pasión. Lágrimas. Ojos. El mar. Mariposas de colores. Labios. Guitarra. Soñar. El cielo. Esperanza. Chocolates. Luna. Besos. Volar. Pensamientos. Labial rojo. Las margaritas. La sonrisa de un niño. La brisa nocturna. Atardeceres. Manos entrelazadas. Tequila. Sábanas de seda. Las hadas. Los trenes. Pupilas dilatadas. Luces de una ciudad. Baladas. Paracaídas. Recuerdos. Fuentes. Puertas abiertas. Miedo. Fotos borrosas. Girasoles. Cuarzos de colores. El olor del mar. Un desayuno. Abrazos. Fantasear. Una llamada a media noche. Graffitis. Un helado de fresas. El color de las orquídeas. Estrellas fugaces. Una copa de vino. Libros. Un "sí". Noches en vela. Esperar. Viajar. Delfines. Las cartas. Los poemas. Entregarse. Los árboles. Los arcoiris. La lluvia. Las montañas. Un algodón de azúcar. Ropa interior negra. Velas. El calor del sol. Picardía. Una ducha tibia. Los brownies. Las rosas. Las carcajadas. Chimeneas. Imaginar. La piel. Nerviosisimo. Conversaciones. Las nubes. Tacones altos. Notas de un piano. Pancartas. Una nota sorpresa. No tener límites. Manos sudorosas. Escapadas a media noche. Un balcón frente al mar. Un collage. Una película. Los latidos. Ladear la cabeza. El calor en verano. Luchar. Sueños realizados.

jueves, 19 de agosto de 2010

El ingrediente perfecto


Llego a casa un poco cansada y todo está en silencio, seguro mi chico salió a dar una vuelta.

Aprovecho la tranquilidad y pongo a llenar la bañera con agua tibia y sales relajantes. Me desvisto en el cuarto y, por supuesto, coloco música suave, de esa que te da un aire sensual y muy desestresante a la vez.

Enciendo velas olor a canela y todo mi ser se transporta. El ambiente está 
perfecto. Me meto a la bañera, despacio, mientras el calor del agua va pegándose a mi piel. Cierro los ojos y trato de no pensar en las actividades del día, sólo debo disfrutar.

De repente oigo que se abre la puerta, pero sigo con los ojos cerrados. Siento a mi chico caminar, despacio, hacia la puerta del baño. Imagino que al asomarse pensó que estaba atenta a lo que él iba a hacer. No abro los ojos, pero siento su presencia. Está allí, en la puerta, mirándome.

Levanto mi pierna derecha y empiezo a acariciarla, disfrutando del agua, luego vuelvo a quedarme recostada, relajada. El se acerca y se sienta en la esquina de la bañera. Abro los ojos y lo miro. Él me sonríe.

-Disculpa si te interrumpí- me dice con la voz baja.
-Tranquilo, no ha pasado nada, en realidad a esta tina le falta un ingrediente- le digo, mientras empiezo a pasar mis manos por mis piernas, por mi cuello.
 -¿Quieres que te lo alcance? ¿Qué necesitas?
- Ese ingrediente sólo puedes dármelo tú- le contesto, halándolo hacia la bañera.


Hablando de hombres y mujeres


Hablar de las mujeres es muy difícil…y de los hombres ¡ni se diga!
Todos tenemos una opinión diferente y gustos muy variados.
Sin embargo, siempre me ha gustado hablar del tema.
Pensé titular este escrito: “¿Quién entiende a las mujeres?”, pero entonces sólo sería necesario decir una palabra: Nadie.
También pensé titularlo: “Lo que los chicos no entienden de las mujeres”, pero también sería un cliché y me limitaría.
Al final, tengo muchas ideas y he visto y leído tanto que ya nada me sorprende.
Chicos, no busquen entendernos, sería aburrido.
Chicas, déjenlos ser. Después de todo, hagan lo que hagan, nos vuelven locas.
Un día le pregunté a un amigo: "¿cómo soportan a las mujeres?" Y sólo dijo: "no lo sé, pero lo que sí sé es que no voy a entenderlas nunca".
Cierto.
Pero, ¿para qué entenderlas?
¿No les parecería aburrido saber cómo va a reaccionar cada una?
¿Sería divertido que en la primera cita te dijera "sí"?
Yo creo que no.
A veces, es bueno el misterio, las diferencias.
No saber lo que vendrá es muy emocionante.
Pero, así como las chicas son complicadas, los chicos también lo son.
Pueden hasta desaparecer de la faz de la tierra para que seas tú quien se canse y los termines.
¡Qué cosa más inmadura!
Siempre lo he dicho: Un hombre seguro de sí mismo y valiente es muy sexy.
También lo son los chicos malos.
Malo no significa que nos hagan daño, sino que sea misterioso, decidido, lanzado.
Conocí a una chica que salió con uno de esos hombres predecibles hasta morir.
Le daba rosas, dedicaba canciones, le abría la puerta del carro, se echó a sus amigos al bolsillo (sin un gramo de gracia) y la consentía en casi todo.
Suena casi perfecto, ¿no?
Pero resulta que el chico era muy dependiente de su madre, nunca rompió un plato en su vida y cada vez que estaban en grupo hacía comentarios sin sentido.
O sea, el propio niño bueno.
Casi bostezo describiéndolo.
Pero ahí es donde entra eso de "para gustos, los colores".
Hoy en día las mujeres parecen haberse desatado.
Son lanzadas, atrevidas y más arpías de lo normal.
Tener un novio ahorita es un dolor de cabeza.
Así estés saliendo con Shrek, querrán tumbártelo.
Todo parece una competencia.
Pero, ¿qué hay de las chicas que aún esperan que sea él quien rompa el hielo?
Algunas, inlcuso, podrían llevarse sentimientos ocultos a la tumba, pero jamás confesarían su amor sin saber qué les espera.
Un amigo me comentó: "A nosotros también nos gusta que nos conquisten, que nos escriban cosas bonitas".
Ok, estoy de acuerdo con él.
Pero ser sutiles es lo mejor.
Así, si el chico no da señales, siempre tendrás una excusa.
Consejo para ellos: No dejes pasar oportunidades. Si alguien te atrae, hazlo saber.
No perderán nada. A veces es mejor arrepentirse de haberlo intentado y no por nunca haber abierto la bocota.
Todos debemos ser sinceros.
Si nos gusta alguien, enfrentarlo.
"¿Sabes qué? Me gustas".
Punto.
Pero las inseguridades nos carcomen.
Y ahí entra lo complicado.
¿Me lanzo?
¿No me lanzo?
¿Esa chica quiere quitarme a mi novio?
¿Y si no le gusta que sea tan rata?
¿Por qué no me habrá escrito?
¿Será que no importan las distancias?
Y así, miles de preguntas más.
Comparto la opinión de uno de mis mejores amigos:
La vida no es complicada, nosotros la complicamos.
Al final, lo que importa es que todos esos matices complicados nos ponen a la expectativa, nos llenan de dudas y no hay nada mejor que luchar un poco para obtener lo que deseamos.

¿Obedeces a tu sexto sentido?


Capacidad de intuir. Así definen el sexto sentido. ¿A quién no le ha pasado que siente que cierta situación sucederá y, sin más ni menos, termina siendo realidad?
Dicen que las mujeres son quienes más desarrollada tienen la intuición y que, sin dudas, deben oírla. Pero esa sensación no es fácil de explicar.
Hay dos tipos: la que se presenta en tus sentimientos y las que notas en el cuerpo. Bien sea que reacciones de cierta manera ante determinada situación o que, por ejemplo, se te enchine la piel o tengas imágenes relacionadas a momentos que nunca has vivido.
Lo cierto es que muchas personas alrededor del mundo han evitado instantes desagradables gracias a este sexto sentido que muchas veces nos grita como queriendo abofetearnos por no hacerle caso.
Confieso que justo ahora siento eso y que muchas veces he sido sorda ante estos mensajes de que algo no va bien, pero, definitivamente, hay que hacerle caso a esta alarma que sólo quiere nuestro bien.
Si tienes el presentimiento de que algo no va bien, escúchalo. Si sientes que es la mejor oportunidad para lograr lo que quieres, ve por eso. Pero nunca, jamás, dejes de oír esa voz dentro de ti que te grita, a través de tu mente o de tu cuerpo, lo que podría suceder.
Be happy =).

sábado, 14 de agosto de 2010

Recuerdos lejanos


Mientras revisaba páginas en internet, buscando crónicas acerca de momento románticos que las personas han vivido, me topé con un escrito que llamó mucho mi atención.
Era un breve resumen acerca del recuerdo más lejano que tengas. Es decir, de lo qué más recuerdes de tu niñez. Y, pensando bien acerca de la mía, hay varios.
Recuerdo cuando mi mamá, a los 4 años, me dejó al cuidado de mi prima porque, emocionada, fue a inscribirme en el kínder. Recuerdo que pasé la tarde sentada en aquella mesa de madera, dibujando.
Recuerdo también aquella mañana que salí con mi padre y me regaló un peluche hermoso que hoy sólo está en mis recuerdos. Y, para completar mi felicidad, me compró un cuaderno y varios lpices.
Sí, siempre amé escribir. Lo mejor que alguien podía regalarme, eran lapiceros. Pero los recuerdos se siguen apareciendo en mi mente y cada vez son más extraños.
Recuerdo cuando imitaba el acento argentino y todos reían cuando decía que me gustaban los “cabachos”. O aquella vez que lloré hasta más no poder pues odiaba usar los vestidos que mi madre me compraba.
Pero, para ser sincera, hay dos momentos en mi mente que siempre me han perturbado de alguna manera pues no entiendo cuándo sucedieron y mucho menos por qué.
El primero y más normal de ellos, soy yo en el pasillo de mi antiguo hogar. Todo estaba solo, oscuro, y yo miraba extrañada la casa, sin saber qué hacía ahí.
Y el otro, que, por qué no, pudo ser un sueño o algo parecido, es yo viajando a gran velocidad y mirando un gran planeta azul frente a mí. La persona que iba a mi lado, que vale destacar jamás vi, no dejaba de repetirme: “vamos hacia el planeta azul”.
Los recuerdos de la niñez son maravillosos, extraños, locos, cómicos e incluso muy borrosos. Pero eran esos momentos los más inocentes, los más despreocupados, quizás los mejores.
Los recuerdos de la niñez son una suerte de visión del futuro. ¿Cuál es tu recuerdo más lejano?

martes, 10 de agosto de 2010

Sueño perfecto


Estoy sin voz ante ti y tocas mi mejilla. 
Tu mirada en mis ojos, la respiración tranquila. 
En silencio, acaricias mi rostro. 
Lo recorres con tus dedos. 
Poco a poco. 
Queriendo grabar mi piel en tus manos. 
Mi boca es dibujada por ti. 
Como si un artista fueras. 
Creándola a tu antojo, disfrutándola sin probarla. 
Y no dejas de mirarme, como si quisieras descubrirme. 
Como si en mi piel estuviera la clave de un “para siempre”. 
Como si nunca pudieras marcharte. 
Y sin poder hablar te siento. 
Mi respiración crece a cada momento. 
Y te miro los labios. 
Y me hundo en tus ojos. 
Y soy tuya en ese momento. 
Es una entrega sin entregarse. 
Es un milagro que deseamos desde hace mucho tiempo. 
Y crecí para ti. 
Nací para este momento. 
Porque sigo sin voz ante ti y tocas mi mejilla. 
Cierro los ojos y vuelo. 
Pero al abrirlos, al abrirlos estoy sola. 
Como humo tu reflejo se esfuma. 
Y todo no es más que un perfecto sueño. 

domingo, 8 de agosto de 2010

Un paraíso a nuestro alcance


“Mochima es mujer”, dijo mi amiga cuando regresábamos de admirar lugares maravillosos que muchos venezolanos desconocen… o no valoran.
Maryelis, Moira y yo decidimos hacer un fotoreportaje acerca de ciertos lugares del Parque Nacional Mochima, ubicado entre los estados Sucre y Anzoátegui de Venezuela. ¿Por qué? Simple. Conversando con varias personas de la zona, me di cuenta de que muchos ignoran el paraíso que tenemos a nuestro alcance, y el que lo conoce, no cuida de él.
Esa mañana salimos temprano, con las expectativas a millón y con la idea de hacer las fotos y regresar, no era un viaje de placer. Pero debo confesar que fue inevitable. Estar ahí y no bañarte, no admirar los paisajes, es imperdonable.
El primer destino fue Isla Puinare. Los señores que nos llevaron hicieron del paseo algo más divertido, hablándonos de los lugares y recomendándonos dónde tomar las fotos.
Increíble esta isla de aguas cristalinas. Tanto, que puedes ver a los peces nadando a tu lado. Y el agua, ni se diga. Tibia, como para no salir nunca de ella. Allí nos cautivó una pareja que bañaba a su hija por primera vez. Una imagen que todos deberían tomar como ejemplo.
Al salir de esta limpia y hermosa playa, nos dirigimos a Isla El Saco. Casi todas estaban muy solas por la hora y el día que escogimos, así que todo estaba en sana paz, mejor imposible.
Isla El Saco enamora a cualquiera. Arenas claras, agua cristalina y una vegetación que complementa muy bien el lugar. Hicimos fotos geniales en esta isla, nos bañamos, y regresamos al bote. Fue muy curioso ver cómo los niños alimentaban a los peces en la orilla del muelle. Aunque esto debería estar prohibido.
Seguimos la ruta y la siguiente parada fue Isla El Faro. Debo aclarar que esta no fue mi favorita. El lugar está lleno de algas en la orilla, la arena cada vez se ve más oscura y, al parecer, están construyendo unas churuatas, lo que hace ver la isla sucia.
Salimos casi de inmediato del lugar y nos fuimos directo a la Cueva De La Virgen. Este es una especie de santuario formado en unas rocas. El agua tiene un azul tan hermoso, que parece increíble. Dentro de ella, hay dos vírgenes vestidas de blanco y se dice que si lanzas monedas y pides deseos, se te cumplen.
Todas cerramos los ojos, lanzamos monedas y, a juzgar por nuestras sonrisas de complicidad, el deseo de amor fue muy parecido. Y, por supuesto, la fe en que se cumplirá es la más grande.
Seguimos y nos encontramos en el camino con dos formaciones rocosas que se llaman El Gato y El Ratón. Tal vez muchas personas pasan por este lugar y ni le ponen cuidado a su forma. Pero si las detallas, son un gato cazando a un pequeño ratón.
Tantas maravillas que hay en el mundo y pocos se detienen a observarlas y disfrutar de ellas. Luego de hacer las respectivas fotos, con miedo por el movimiento del bote en el medio del mar, continuamos.





La siguiente isla fue Piscina. Increíble este lugar. Los arrecifes se ven muy claros debido a que el agua es muy limpia y la arena blanca. No tiene los servicios básicos como el resto de las islas, y por no tener muelle, debes ir en un bote y saber nadar, pero es un lugar que todos deberían conocer.
Además, el naranja de sus rocas jugando con el verde del agua, hacen una combinación perfecta que asemeja el paraíso.
Ya de regreso, pasamos por Punta La Cruz, una de las playas más visitadas en temporadas altas. Tiene una buena extensión de tierra y vegetación y ofrece todos los servicios que el visitante pueda necesitar.
Sin duda alguna, Mochima es mujer, como lo aseguró mi amiga Moira. Una mujer llena de belleza, calor y ganas de ser cuidada, conocida y valorada.
Señores, aprendamos a cuidar nuestros parques, no botemos basura en la playa y evitemos contaminar más el mar. Tenemos un paraíso a nuestro alcance. Sin dudas, somos muy afortunados.

jueves, 5 de agosto de 2010

¿Cómo enamorarte?

 



Este escrito nació gracias a una simple pregunta que me hicieron: "¿qué hay que hacer para enamorarte?".
Y la respuesta es más boba de lo que parece: "nada".
Sí, aunque no lo crean.
Me explico:

     Hay chicos quue creen que por llenar de regalos a una mujer, la enamorarán.
En mi caso, es todo lo contrario.
¿Tratas de conquistarme o de comprarme?

    También hay quienes piensan que enviarle mensajes y llamarla cada cinco minutos, hará que lo adoren.
Realmente, con eso lograría que lo alucine.

    Pero, por supuesto, no puede faltar aquél que asegura que por decir "estoy enamorado de ti" inmediatamente tú también te enamorarás de él.

    Es increíble.

    Hay miles de formas de enamorar a una chica y las que han aplicado conmigo son tan comunes, que me aburren.

    ¿Dónde está el misterio?
    ¿A dónde fue a parar la emoción?

    Y es que no hace falta que me regalen, me molesten o me presionen.
Si tan sólo supieran que una buena conversación me pondrían a sus pies, todo sería distinto.

    A algunos, el amor les entra por los ojos o por el gusto. A mí, por los oídos. 

    Hace poco me di cuenta de que con sólo un par de conversaciones alguien logró captar mi atención.
Sin utilizar adjetivos cursis, sin pretender conquistarme (al menos, eso creo), sólo siendo él.

    Entonces, cuando me vuelven a preguntar: "Yasde, ¿qué te enamora?" respondo que nada, porque la química nace sola y si la forzas, la matas.