Estoy sin voz ante ti y tocas mi mejilla.
Tu mirada en mis ojos, la respiración tranquila.
En silencio, acaricias mi rostro.
Lo recorres con tus dedos.
Poco a poco.
Queriendo grabar mi piel en tus manos.
Mi boca es dibujada por ti.
Como si un artista fueras.
Creándola a tu antojo, disfrutándola sin probarla.
Y no dejas de mirarme, como si quisieras descubrirme.
Como si en mi piel estuviera la clave de un “para siempre”.
Como si nunca pudieras marcharte.
Y sin poder hablar te siento.
Mi respiración crece a cada momento.
Y te miro los labios.
Y me hundo en tus ojos.
Y soy tuya en ese momento.
Es una entrega sin entregarse.
Es un milagro que deseamos desde hace mucho tiempo.
Y crecí para ti.
Nací para este momento.
Porque sigo sin voz ante ti y tocas mi mejilla.
Cierro los ojos y vuelo.
Pero al abrirlos, al abrirlos estoy sola.
Como humo tu reflejo se esfuma.
Y todo no es más que un perfecto sueño.
Tu mirada en mis ojos, la respiración tranquila.
En silencio, acaricias mi rostro.
Lo recorres con tus dedos.
Poco a poco.
Queriendo grabar mi piel en tus manos.
Mi boca es dibujada por ti.
Como si un artista fueras.
Creándola a tu antojo, disfrutándola sin probarla.
Y no dejas de mirarme, como si quisieras descubrirme.
Como si en mi piel estuviera la clave de un “para siempre”.
Como si nunca pudieras marcharte.
Y sin poder hablar te siento.
Mi respiración crece a cada momento.
Y te miro los labios.
Y me hundo en tus ojos.
Y soy tuya en ese momento.
Es una entrega sin entregarse.
Es un milagro que deseamos desde hace mucho tiempo.
Y crecí para ti.
Nací para este momento.
Porque sigo sin voz ante ti y tocas mi mejilla.
Cierro los ojos y vuelo.
Pero al abrirlos, al abrirlos estoy sola.
Como humo tu reflejo se esfuma.
Y todo no es más que un perfecto sueño.
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