lunes, 7 de marzo de 2011

¿Qué quieren las mujeres?


“¿Qué es lo que quieren las mujeres?”, se repiten muchas veces los hombres. Y no hay una respuesta específica, por la simple razón de que cada una tiene intereses y maneras de pensar distintas.
Pero si generalizamos un poco, es fácil la respuesta: queremos ser amadas. Y es que todas, por muy duras que quieran verse, deseamos que alguien nos de amor.
Y sí, conozco hombres que dicen que las mujeres hoy en día no quieren ser serias, pero creo que lo que no quieren es la seriedad que él ofrece. Como dije, todo eso es subjetivo.
“Yo siempre he querido ser el novio perfecto, pero nadie ha valorado eso”, me dijo alguna vez un amigo. ¿El novio perfecto según tu perspectiva o según la de ella?
Tal vez no está claro qué es lo que quieren las mujeres, pero creo que, por obvias razones, lo que no quieren es más fácil de decir. Como por ejemplo:
-No queremos que nos engañen.
-No queremos que olviden las fechas especiales.
-No queremos que sean fríos.
-No queremos que oculten lo que sienten.
-No queremos que hablen mal de otras mujeres delante de nosotras.
-No queremos que nos cuenten su pasado.
-No queremos que dejen de decirnos lo hermosas que somos.
-No queremos que no nos cuenten lo que les pasa.
-No queremos que no sean caballeros.
-No queremos que nos nieguen frente a la familia o amigos.
-No queremos que caigan en la rutina.
-No queremos que nos ignoren.
-No queremos que dejen de ser cariñosos.
-No queremos que no nos cuenten sus problemas.
-No queremos que nos griten.
-No queremos que nos impongan sus ideales.
-No queremos que no respeten nuestros gustos.
-No queremos que no se interesen por nuestras cosas.
-No queremos que sean odiosos con las personas que son importantes para nosotras.
-No queremos que no seas tú mismo.
Y así podría pasar la vida llenando esta lista, pero lo importante, como dice la última línea, es que sean, ustedes mismos, así vamos a quererlos.
Y, por favor, no traten de entendernos, sólo tengan paciencia, ustedes tampoco son fáciles de comprender.
Peace!

miércoles, 2 de marzo de 2011

Our song


Eso de dedicar canciones siempre me ha parecido algo encantador. Por supuesto, depende de quién la dedique. Y para mí, lo principal es que la letra se identifique con lo que quieres hacer llegar a esa persona.
Hay parejas que tienen una canción que los identifica, yo no tenía una en específico, sólo ponía a reproducir muchas y en cada frase lo sentía a él, y la cantaba y quería que estuviera oyéndome, o parecía que fuese un grito acerca de mis sentimientos.
Pero la canción adecuada llegó y hoy no puedo parar de oírla.
Recuerdo la primera vez que la escuché. No paraba de sonreír e imaginar que era él quien la había creado para mí. Era increíble.
Y a la siguiente mañana me desperté con una dedicatoria en mi muro. Era esa canción, y yo estaba muriendo de felicidad.
Dice exactamente lo que vivimos. Sobre todo, que cada día me repite que soy hermosa sin que yo lo presuma y que me ama y me soporta tal cual soy.
Pero no le bastó eso.
Una nueva mañana la convirtió en mi canción favorita a partir de ahora: él tocándola en guitarra para mí.
¿Acaso hay algo más romántico?
Y hoy quiero compartirla con ustedes, porque es maravillosa, porque no paro de oírla, porque cada vez que la escucho pienso en él y me siento inmensamente querida y FELIZ.
Disfrútenla.

Dear Diary


Solía escribir cada noche en un diario. Sí, por eso de que tengo mala memoria y necesitaba recordar qué cosas había hecho o dicho para no volver a cometer el error.
Lo curioso del asunto, es que siempre volvía a releerlos y me daba cuenta del montón de errores que iba dejando en el camino.
De eso hacen unos tres años, cuando decidí dejar atrás esa manía de contar mis cosas en unas hojas que al final pueden ser leídas por la persona menos indicada.
Sin embargo, siempre hace falta volver a contarle a alguien, en silencio, lo que te sucede en el día. Escribir, por ejemplo: “¡soy inmensamente feliz!” y que no haya nadie que te haga preguntas ni te diga que la felicidad dura poco.
Es una manera de decirle al Universo: puedo ser o sentirme así sólo porque respiro y no necesito que me juzgues.
Extrañamente, ya no quisiera volver a leer esas líneas.
Días tristes, noches felices, momentos que jamás debí olvidar pero que están enterrados en un pasado que sin bien me hizo lo que hoy soy, ya no significa nada para mí.
Tal vez algún día sirvan tantas hojas para encender una chimenea, donde disfrute junto a mi presente de una buena copa de vino. Pero lo que ahí escribí, son sólo palabras que el tiempo se ha llevado y que es la típica historia de una adolescente en problemas, confundida y con ganas de ser amada.
Solía escribir cada noche para un lector invisible, taciturno, inexistente. Hoy escribo para ti, y espero que lo disfrutes.