miércoles, 18 de enero de 2012

Miedo a la soledad

    Mientras algunos chicos van detrás de la mujer con grandes senos y mucho maquillaje, las naturales y con suficiente inteligencia tienen conversaciones como esta:

* ¿Lograremos algún día cumplir esto que sentimos, P?

* Pfffff, ¿qué más querría yo que saberlo? Y poder decirte no y pasemos página o síii y sigamos creyendo, pero estoy tan confundida como tú.

* Putos hombres.

* Jajajajajajajaja, noooooooo, me haré lesbiana.http://static.ak.fbcdn.net/images/blank.gif
* Jajajajaja, te diré algo, las mujeres son peores. P, a veces siento que no voy a poder llegar a querer a nadie.

* No eres la única. Hoy mismo me he pasado la puta tarde pensando estupideces.

* ¿Qué has pensado?

* Que si voy a llegar a los 50 virgen y sola en un piso de 80mts2 con 20 gatos (aunque me den alergia), fotos de mis sobrinos y un repulsivo odio a los hombres y a mi vida.

* Ese miedo lo sentí mucho durante algún tiempo. Luego me di cuenta de que eso de vivir en pareja no es TAN importante en la vida, pero llegan momentos de soledad que no son nada normales, que te hacen pensar: ¿será que me quedaré sola?, ¿será que no llegaré a querer a nadie?, ¿será que me caso por tener compañía y luego llego a quererle? Y en estos días me ha pegado mucho porque P, hay chicos que me enamoran, me tratan genial, están pendientes, pero yo no siento ¡NADA! Conocí a un chico que es un amor conmigo pero yo me sentí ilusionada y luego sólo quise huir y así lo hice. Y R se ha estado portando de maravillas, tiene unos gestos conmigo divinos y nada, simplemente no siento nada.

* ¡Exacto! Hay tíos que están muy cerca de aquí, hay otros que hasta me dicen que vienen por mí, Y, pero yo noooo... De cabezotas quiero a uno que tiene un cacao mental que ni da para que él mismo se entienda y ni me entiendo yo, ni sé lo que quiero... O bueno, sí, le quiero a él, y el puto resto me la suda. Pero, ¿él qué? Pasa de todo...

* ¡Qué joder!

* No quiero casarme por compañía ni quiero tener la vida que tengo de salir con un tío dos noches y otro tío otra semana y así... Quiero a alguien real, que no sea de viernes o sábado en la noche. Que sea de una tarde de domingo en casa, viendo pelis, comiendo chuches y diciendo tonterías. Que me encuentre hermosa y no guapa o buenorra. Que no le importe el aspecto horrible que tengo al despertar y que quiera pasar la noche contando los lunares de mi espalda o mirándome dormir... y podría seguir señalando muchas cosas más.

* ¡Eso es exactamente lo que busco! Alguien que te apoye en los momentos malos, que te abrace y te diga que todo estará bien. Alguien que pueda perderse en tu mirada, acariciando tu cabello. Que te mate de risa con sus locuras y alguien que te cuente su vida y a quien puedas darle ánimos de salir adelante.

* Síiiiii. ¿Será mucho pedir?

* Pareciera que sí.

* ¿Lo ves? Me haré lesbiana y luego lloraré después de follar.

* Jajajajaa, estás loca de remate.




jueves, 12 de enero de 2012

Tú en mis sueños

        Estamos sentados en un café bastante cálido. Compartimos las bebidas y nos miramos entre sonrisas. Todo lo que él dice me parece acertado. Aunque a veces no estamos de acuerdo con algunas cosas, sabemos respetar opiniones y bromeamos.
         Él me mira fijamente y yo siento mis mejillas calientes, y sólo puedo sonreír, apenada, y decirle algo cómico para evitar que se dé cuenta de mis sentimientos.
         Al caer la tarde, me toma de la mano y me lleva a un lugar que asegura va a sorprenderme. Y, sin dudas, lo logra. Es un mirador desde donde se ve casi toda la ciudad… y el atardecer.
         Me abraza por la cintura y reposa su barba en mi hombro. Escucho un susurro que dice: “este paisaje no se compara con tus ojos”. Las mariposas se vuelven locas en mi interior.
         Disfruto en silencio, sintiendo su aroma y sin poder describir lo que siento.
         Nos lanzamos en la grama y él comienza a contar las estrellas que van apareciendo. Me habla de su manera de ver la vida, de cómo disfruta de los pequeños detalles. Yo sólo puedo sentir mi corazón latir.
         Me acerco a él y en silencio paso mis dedos por sus cabellos. Comienzo a recorrer su cara con ellos, suave, como dibujándola. Cierra los ojos y puedo contar cada uno de sus lunares. Dibujo su boca y él me mira, nervioso.
         Sus ojos me gritan amor y con su mano aparta el cabello que cae en mi rostro. “Te quiero”, me dice y en ese momento abro los ojos y mi cama está vacía.

          Quisiera poder escribirte todo lo que siento… aunque nunca lo leas.
         Decirte cada día, por ejemplo, que sueño con tu piel y me imagino besando tus labios.
         Pero eres tan lejano… tan indescriptible.
         Y yo sólo doy vueltas dentro de mí.
         Huyendo del sentimiento.
         Buscando una solución.        
         Pero arrancar mi corazón no es buena idea.
         Y salir gritando que te sueño no es la solución.
         Porque mis dedos gritan pero tus ojos no escuchan.
         Y mi razón dice que estoy loca pero mi corazón late muy fuerte cuando te escucha.        
         Te veo en cada esquina de la vida y tú inundas todo de pasión.
         Pero aunque quisiera, no puedo escribir todo lo que siento en mi interior.

jueves, 5 de enero de 2012

¡A pedir lo que queremos!

       Luna tenía poco de haber llegado a la ciudad y conoció a Alberto en uno de sus paseos. Chocaron accidentalmente y él se presentó mientras se disculpaba. Fue como una especie de flechazo a primera vista.
         Los siguientes días estuvieron hablándose, teniendo sexo y saliendo a compartir algunos momentos juntos. Ella estaba enamorándose. Él se decidió a dar el paso y decirle que quería una relación estable y conocer a su familia.
         Todo parecía ir de maravilla. La noche que decidieron salir a cenar de manera más formal, con la familia de él, éste la canceló con una excusa, pero le comentó que estarían en contacto.
         Los siguientes días, él no llamó. Ella lo buscó y él le dijo que ya no quería tener algo con ella. Entonces, Luna quedó con el corazón roto. Nada extraño hoy en día, cuando el amor parece haber desaparecido.
         Pero, ¿qué es lo que realmente está pasando?, ¿por qué terminar todo de esa manera?
         Creo que el día que logremos entendernos, todo será realmente aburrido. Pero veamos, ¿qué es lo que está sucediendo que cada vez hay más mujeres buenas solas y menos hombres disponibles?
         Tal vez sea un simple hecho: no estamos en la misma sintonía o cada quien busca algo absolutamente distinto.
         Hay hombres que sólo piensan en aprovechar una noche o cuando quieren algo más, entonces es la mujer quien sólo quiere disfrutar un buen rato, y así se va la vida entre indecisiones.
         Porque sí, chicos, hoy en día las mujeres han tomado el puesto del hombre y viceversa. Las féminas también utilizan a los chicos y ellos también están buscando amor romántico.
         Entonces tal vez el problema radique ahí, en ese justo punto. Y creo que la solución sería hablar claro. Desde el principio dejar las cosas claras para evitar desilusiones. Y sí, señores, engañar a una mujer hoy en día no está fácil. Si quieres engañarla, arma bien el plan, que cuando preguntamos es porque ya sabemos la respuesta.
         Tratemos pues de expresar con claridad lo que queremos para evitar malos entendidos e intentemos no romper más corazones, que aún quedan muchas mujeres buenas y hombres dispuestos a robarles el corazón.

domingo, 1 de enero de 2012

Caramelo

Caramelo se fue de parranda ese sábado. Sabía que su noche estaría llena de bailes y tragos pero no sabía que jamás regresaría a casa... al menos no con la misma piel.
Sus amigos pasaron por ella alrededor de las nueve de la noche. Ese carro negro recorrió toda la ciudad, con la música a todo volumen y cuatro personas llenas de ganas de acabar con el mundo, a su manera.
Fueron a una disco recién inaugurada, todo porque dos de sus amigos eran de otra ciudad y querían conocer la movida. Caramelo y su amiga los llevaron a conocer el lugar mientras la mayoría dormía.
Bailaron, rieron, tomaron y se divirtieron a más no poder, tal como lo esperaban. Uno de los chicos estaba interesado en ella. A cada rato le decía piropos, de esos bien dichos... y bien pensados.
Al final de la noche, cuando todos tenían suficiente alcohol en las venas, el amigo de Caramelo se la llevó en el carro a un extraño lugar, totalmente alejado del hotel donde éste se estaba hospedando.
Ella solía ser juguetona y, entre juegos, lo llamó extraño y le pidió que se fueran a otro lugar. Él la besó. Ella se fundió en ese beso. El chico le ofreció un trago y subieron a una habitación bastante sombría. Ella sintió cómo él empezaba a quitarle la ropa.
Eso es lo último que recuerda. Cuando abrió los ojos no sabía cuánto tiempo había pasado. Sintió mucho ardor en los brazos y algo caliente corriéndole por las piernas.
Su "amigo" la tenía amarrada en una silla de metal oxidado. Sus brazos tenían muchas cortadas, las cuales sangraban sin parar y tuvo la peor de las visiones: el chico estaba sentado en el piso, frente a ella, cortando la piel de sus piernas con una hojilla y lamiendo cada una de las gotas de sangre que brotaban de ella.

Gracias, 2011

   
   Había tardado un poco en realizar mi balance de este año, pero he logrado hacerlo. Debo decir, de antemano, que no es fácil echar a andar mi memoria cada vez más parecida a la de un pez, pero aquí estará todo lo que de alguna manera me marcó.
         2011 comenzó con buen pie. Con sueños, esperanzas y ganas de lograr todo. Y, por supuesto, se fue desarrollando de la manera más normal que puedan imaginarse.
         Ya saben: problemas, risas, caídas, sacudidas de polvo, sorpresas, etc. Fue una etapa en la cual aprendí MUCHO, mucho más de lo que pude haber aprendido en cualquier otro año.
         Me sucedieron dos cosas al mismo tiempo. Una buena y una mala. Primero: finalicé mi carrera universitaria. 2011 me ha dejado un gran título de Licenciada en Comunicación Social del cual me siento sumamente orgullosa.
         Claro, este título no es mío solamente, es de mis padres, de mi familia, que sin la ayuda de ellos no habría podido alcanzarlo. Por esto estoy INTENSAMENTE agradecida. ¡Quién iba a pensar que sería periodista!
         La segunda cosa fue una caída repentina en mis sentimientos. Desaparecieron las máscaras. Fue un momento que enfrenté fuerte y que me robó pocas lágrimas. Fue el momento de aprender.
         Entre esos momentos de confusión, miedo, y molestia conmigo misma, me di cuenta de quiénes eran mis verdaderos amigos, quiénes sólo se interesaban y quiénes eran mis supuestos enemigos. Por suerte, hoy en día puedo decir con orgullo que a quienes me vi enfrentada, hoy son mis amigas.
         Pero, ¿saben lo mejor de todo? Del drama que pasó han salido muchas de las entradas que han leído acá, así que espero que eso haya sido una de las cosas buenas que dejó.
         La vida continuó, tal cual un tren sin frenos, dejando a su paso una estela que nosotros decidimos si nos marcará o no. Yo, he tomado la mejor decisión.
         Visité a mi familia, conocí a nuevas personas, vi a viejos amigos y decidí cortar de raíz las relaciones que no me favorecían. No me gusta hacer daño a las personas y evito que me lo hagan a mí, es por eso que siempre intento ser lo más clara posible.
         Claro, este año también tuvo sus momentos de locura. Noches de amigos, parranda y besos inolvidables. Pero, ¿amor? Creo que eso fue lo que realmente faltó.
         Tomé la firme decisión de no estar con una persona si no existen sentimientos y es lo que he mantenido hasta el momento. No busco compañía, busco ese algo que va más allá. Eso de querer compartir tu vida con alguien.
         Tal vez hay muchas cosas de las cuales no me acuerdo, pero si hay algo que ha sido también de las mejores cosas que me han sucedido, fue continuar con los estudios de mi religión con un nuevo grupo en el cual me siento enormemente a gusto y que me hacen enamorarme cada día más del camino que estoy siguiendo. ¡Eso ha sido una bendición!
         Compartí mucho más con mi familia y la sentí más unida. Tengo nuevos trabajos y responsabilidades que me han alegrado bastante. He aprendido de cada paso, sentido cada atardecer y escuchado a cada estrella en las noches.
         Mi 2011 no finaliza como esperaba. He pasado los últimos días en cama, de reposo, por una varicela que me ha atacado. Sin embargo, puedo sonreír por tener vida aún, por poder luchar para recuperarme y tener la dicha de compartir junto a mi familia aún en los peores momentos.
         2011 no fuiste tan malo como aparentas. ¿Por qué? Porque me has dejado cargada de aprendizajes que cada vez serán más útiles en mi vida. Además, me has regalado una voz que me hace soñar y que tal vez en algún momento pueda escuchar en mi piel.
         Gracias a todos los que formaron parte de estos 365 días que se fueron. Gracias a todos los que me golpearon, sobre todo, porque por ustedes soy quien soy y me siento orgullosa de serlo.
         Gracias a todos los que leyeron mi blog y se tomaron un momento para comentarlo. Ustedes son maravillosos.
         Gracias, 2011. Descansa en paz.