jueves, 5 de enero de 2012

¡A pedir lo que queremos!

       Luna tenía poco de haber llegado a la ciudad y conoció a Alberto en uno de sus paseos. Chocaron accidentalmente y él se presentó mientras se disculpaba. Fue como una especie de flechazo a primera vista.
         Los siguientes días estuvieron hablándose, teniendo sexo y saliendo a compartir algunos momentos juntos. Ella estaba enamorándose. Él se decidió a dar el paso y decirle que quería una relación estable y conocer a su familia.
         Todo parecía ir de maravilla. La noche que decidieron salir a cenar de manera más formal, con la familia de él, éste la canceló con una excusa, pero le comentó que estarían en contacto.
         Los siguientes días, él no llamó. Ella lo buscó y él le dijo que ya no quería tener algo con ella. Entonces, Luna quedó con el corazón roto. Nada extraño hoy en día, cuando el amor parece haber desaparecido.
         Pero, ¿qué es lo que realmente está pasando?, ¿por qué terminar todo de esa manera?
         Creo que el día que logremos entendernos, todo será realmente aburrido. Pero veamos, ¿qué es lo que está sucediendo que cada vez hay más mujeres buenas solas y menos hombres disponibles?
         Tal vez sea un simple hecho: no estamos en la misma sintonía o cada quien busca algo absolutamente distinto.
         Hay hombres que sólo piensan en aprovechar una noche o cuando quieren algo más, entonces es la mujer quien sólo quiere disfrutar un buen rato, y así se va la vida entre indecisiones.
         Porque sí, chicos, hoy en día las mujeres han tomado el puesto del hombre y viceversa. Las féminas también utilizan a los chicos y ellos también están buscando amor romántico.
         Entonces tal vez el problema radique ahí, en ese justo punto. Y creo que la solución sería hablar claro. Desde el principio dejar las cosas claras para evitar desilusiones. Y sí, señores, engañar a una mujer hoy en día no está fácil. Si quieres engañarla, arma bien el plan, que cuando preguntamos es porque ya sabemos la respuesta.
         Tratemos pues de expresar con claridad lo que queremos para evitar malos entendidos e intentemos no romper más corazones, que aún quedan muchas mujeres buenas y hombres dispuestos a robarles el corazón.

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