lunes, 29 de agosto de 2011

Dar el primer paso ¡es sexy!

Hace días un amigo me comentaba que una chica de la universidad consiguió su número de teléfono y lo llamó para decirle que le gustaría conocerlo. Normal, eso no parece ser algo raro hoy en día. Lo extraño fue la respuesta de él.
         Le dijo que eso le molestaba. Que por favor no lo llamara y que si quería conocerlo, lo buscase en persona, que ese tipo de actos eran infantiles. Imagino que a la chica no le quedarán ganas de dirigirle la palabra nunca más.
         Pero veamos, ¿por qué las mujeres hacen esto? Sabemos que existe una liberación últimamente. Parece que nosotras tomamos el control y tenemos la libertad de invitar a salir a los hombres e incluso pedirles entablar una relación.
         Para muchos está mal, para otros bien, es una cuestión muy subjetiva, pero hay un trasfondo, como en todo. Las mujeres se cansaron de esperar a que los hombres tímidos dieran un paso al frente.
         Creo que llegó el momento en el que decidieron no oír más la frase “me gustabas pero no me atreví” y buscan superar el “qué hubiera pasado si…”. Es el momento en el cual las mujeres son decididas y van a por aquello que les interesa.
         Por supuesto, todo tiene su límite. Hay que respetar un “no”, aprender a no meterse en las relaciones y evitar causarles problemas a las parejas. Pero no está mal dar el primer paso, sólo basta con ser originales.
         Pero les digo, queridos hombres, no hay algo que nos parezca más sexy que un tipo decidido. Esos que se te acercan y con un simple “hola” empiezan una conversación que podría ser el inicio de algo importante.
         Eso sí, olviden los piropos tontos. Nada de eso. A las mujeres les gustan las cosas originales. Basta con que te armes de valor. Sabemos que para ustedes tampoco es fácil y que muchos son tímidos, pero a las mujeres nos gusta saber que alguien está interesado en conocernos, más allá de algo físico.
         Entonces, ya sabes, para la próxima no esperes que sea ella quien busque tu número de teléfono para enviarte mensajes que pueden parecerte fastidiosos, ve tú por ella.
         Nada más encantador que un hombre decidido que le alegra el día a una mujer con una buena conversación.
Go for it!


Soledad


         A veces me siento demasiado sola. Creo que nací para eso, para vivir junto a una persona: soledad. Y no me siento mal con ella. Es mejor que un novio: fiel, tranquila, comprensiva.
         Como todo, a veces duele. Pero me ayuda. Con ella, me encuentro a mí misma y recorro caminos que nunca me atreví.
         A veces alguien la espanta, pretendiendo quedarse a mi lado, pero siempre salen huyendo o yo los asusto. Creo que no nací para estar acompañada.
         Y aunque puede sonar pesimista, no lo es. Es sólo una realidad que acepto. Mi mejor amiga es la soledad y disfruto muchísimo estando sola.
         Es que puedo estar rodeada de mil personas pero aún así mi corazón se siente con frío, como si nadie lograse comprenderme.
         Y es por eso que digo que vuelo, con mi imaginación, porque no necesito alas. Me basta el silencio y mi mente.
         Por supuesto que quisiera que alguna vez soledad saliera a pasear y olvidara el camino de regreso. Pero eso sí, que vuelva cuando la invoque, a ratos, porque extrañaré disfrutar de ella.
         Nací para estar sola, como la mayoría de nosotros, sólo a veces no empeñamos en acompañarnos, bien o mal, para disimular ante las personas o darle trabajo a esas mariposas hambrientas que nos invaden el estómago.


domingo, 28 de agosto de 2011

Hechos y no poemas

       Hace tiempo no escribo poemas. De esos que llegan al alma y tocan corazones. Palabras que sólo tienen una intención: dibujar sonrisas en la boca de mis deseos.
         He olvidado unir palabras para expresar sentimientos y sentir cómo mi pecho resuena al escribir para alguien en especial, queriendo ser leída y amada.
         Sin embargo, la poesía vive en mi mente, en mis dedos, en cada latido. Mirar el cielo es poesía y pensar en el amor también. Aunque no lo plasme en letras, lo respiro.
         Poemas hay muchísimos en el mundo y yo podría pasarme la vida escribiendo miles más, para alegrar tus ojos, para decirle a alguien que lo pienso, que lo siento.
         Aun así, el mayor regalo que podría hacer ahorita no serían unas simples palabras, sería demostrar con hechos lo que un escrito no puede describir, ni siquiera tecleando infinitos caracteres.

Dile NO a los fakes


      Alguna vez les hablé de los amores a distancia y les comenté acerca de sus pros, contras y todo lo que implica. Pero creo que olvidé una parte muy importante: los fakes.
         Vamos a describirlos como seres sin personalidad propia que utilizan fotos de otras personas y se inventan toda una vida, totalmente atractiva, para lograr enamorar a incautas que se dejan llevar por una bonita foto.
         ¿Por qué sucede esto? La mente humana es un completo misterio. Hay quienes son capaces de hacer cualquier cosa con la idea de resaltar e intentar ser mejor, utilizando los peores métodos.
         Conozco a muchas personas que han tenido historias con fakes, incluyéndome, y todas han salido con el corazón herido y con ganas de no haber tenido nunca una red social.
         Estos pequeños seres se crean toda una historia y la venden como si fuese real. Aunque hay algunos que sí cuentan su verdadera vida, pero lo que no se atreven a mostrar es su cara. ¿Tan poquito se quieren?
         ¿Cómo evitar esto? Estamos en una época en la cual así estemos a miles de kilómetros de distancia, podemos tener una cita por videollamada. Ese es el primer paso. Llamadas, verse por webcam, fotos, y demás cosas que comprueben que la persona realmente es quien dice: es obligatorio.
         También hoy en día la mayoría de las personas son stalkers, por lo que no será complicado revisar si tiene etiquetas en Facebook, quiénes son las personas con las cuales trata, darte cuenta de si l@ han visto y buscar cualquier tipo de pistas que demuestren que la persona en cuestión existe.
         No es difícil crearse una cuenta paralela y querer joderles la vida a otras personas que no tienen ni idea de quién está detrás del teclado y terminan encantadas por unas simples palabras o por unas fotos. Hechos, señores, ahí está la clave.
         Tratemos de no caer en ese tipo de situaciones. Tener una relación a distancia no es fácil, pero si decides arriesgarte y no conoces en persona a tu amorcito, pide la nueva prueba de amor y sal de dudas, no vaya a ser que te acuestes pensando en un Brad Pitt y detrás del monitor esté Shrek.
Enjoy!

El primer beso


        La noche estaba fría. Mis amigos y yo habíamos decidido ir a la playa y pasar la noche en la orilla, disfrutando. Alex nos acompañó. Entre él y yo siempre hubo una fuerte atracción, pero nunca pasaba de las miradas y las sonrisas tontas.
         Se veía muy sexy. El resplandor de la fogata hacía que su piel se viera aún más provocativa de lo que solía ser. Él es uno de esos morenos con boca carnosa, que incitan a comérsela.
         Estábamos frente a frente. Todos bailaban y él me observaba a través del fuego. Me gustaba el deseo que leía en sus ojos y ya no podía apartar mi mirada de él.
         Movió su dedo, indicando que lo siguiera. Y así lo hice. Caminé hasta alcanzarlo, detrás de unas piedras donde el mar golpeaba fuerte y el frío se hacía más intenso.
         -Pensé que no vendrías.- me dijo, pasando sus manos alrededor de mi cintura.
         No dije nada, sólo lo miré fijamente mientras sentía que temblaba. Ahí nos encontrábamos. Muy cerca. Respirábamos el mismo aire. Y sus latidos parecían acelerarse poco a poco.
         Miró mi boca, pero no se conformó con eso. Sus dedos comenzaron a acariciar mis labios que en ese momento estaban deseosos por rozar los suyos.
         Posé mis manos en su pecho y me acerqué un poco más a él. En ese momento una corriente recorría mi espalda. Su boca estaba en la mía y su lengua buscaba con ansias jugar conmigo, mientras sus dedos se enredaban en mi cabello.