martes, 1 de abril de 2014

¿Cuántas veces nos enamoramos verdaderamente?


Hay noches en las que me asaltan muchas dudas. Noches en las cuales intento encontrarle un sentido a lo que nos sucede y hoy no puedo evitar preguntarme, ¿cuántas veces nos enamoramos verdaderamente?
Tal vez no exista un número definitivo. Una, dos, tres, ¿veinte veces? Quizás nunca lleguemos a hacerlo, pero lo que sí debe importarnos es saber que algún día seremos capaces de entregar nuestro corazón.
A lo largo de la vida, podemos toparnos con varios tipos de amores. Los de una noche, los que arruinan, los que nos hacen volar y los que duran el tiempo adecuado. ¿Acaso debemos etiquetar a cada uno de ellos? Este fue verdadero, este no… el otro quizás.
¿Cómo sabemos el momento exacto en el que el amor se convierte en verdadero? Y, si eso llegase a suceder, ¿nos daremos cuenta a tiempo?
En ocasiones, el amor se desvela cuando ya no está a nuestro alcance. Nos damos cuenta de que era la persona indicada cuando se ha ido. Entonces no puedo evitar cuestionarme: ¿a qué jugamos en la vida?, ¿por qué no valoramos lo que tenemos a tiempo?

Como todos sabemos, hay preguntas cuyas respuestas siempre serán un misterio para nosotros. ¿Cuántas veces somos capaces de amar? No lo sabemos. Es posible que nunca lo sepamos. Lo cierto, es que en el corazón siempre hay espacio para nuevas oportunidades, y un huequito donde se guardan a las personas especiales.

lunes, 30 de diciembre de 2013

2013


El vino fue mi acompañante oficial del 2013. Sin más ni menos. Justo ahora, por ejemplo, una copa de vino blanco me acompaña en esta noche calurosa, en la cual espero que las letras vuelvan a estar de mi parte.

Cada año resumir las vivencias que tenemos y los ciclos que vamos dejando me resulta un gran reto, debido a que mi memoria suele jugar al escondite y muchas veces borra de ella las cosas que vamos viviendo. Por suerte, los momentos importantes los tatúa en mi piel con una tinta que duraría por siempre.

El 2013 fue un año de comienzos, experiencias y aprendizajes. Cada 365 que pasan nos dejan lecciones que definitivamente nos sirven para avanzar, pero muchas otras nos estancan en recuerdos que debemos superar. Lo interesante de todo, es que siempre hay un lado positivo, aunque deba pasar algún tiempo para que lo descubramos.

Comenzó el año con algo de tristeza pero con ganas de mejorar. Viajes, lugares nuevos y vivencias entre familia y amigos fueron lo más bonito de todo.
A mitad de año, decidí volver a arriesgarme al amor. Intenté retornar al querer y aunque lo disfruté, descubrí que aún no estaba preparada. Luego de 3 años de soledad, volví a una relación que me enseñó que se debe conocer muy bien a una persona antes de dar un sí. Y, sin dudarlo, me dejó claro que lo principal en la vida es querernos a nosotros mismos, pues, si alguien más quiere truncar nuestros sueños y nuestra autoestima, sabremos entonces defendernos.

Por esos días también llevé a cabo mi proyecto de un nuevo medio que acabara con la monotonía de ver política/sucesos/economía en páginas que al final sólo nos estresaban. Junto a Freya, Laura y Juan decidimos lanzarnos al agua con Escritósfera. Su lanzamiento significó para nosotros el nacimiento de un nuevo sueño y el esfuerzo de luchar por ofrecer al público lo que se merece. El éxito nos acompañó y entre entrevistas y trabajo nos dimos cuenta de que todo anhelo es posible si se le pone talento y esfuerzo.

Y hablando de sueños, en ese tiempo también me enteré de que podría cumplir uno de los míos: ver a Pablo Alborán en mi país. A partir de ahí, sucedieron las cosas más locas que jamás imaginé que llegaría a vivir.

Junto a Eliany y Xiovelyn decidimos crear un club de fans con la idea de tener más cerca a ese malagueño que nos robaba el sueño. Una vez que tuve una entrada asegurada, comenzó la odisea para conseguir acercarnos más y pasar de las gradas, a su lado.

Conocí a muchas chicas geniales dispuestas a trabajar y vivir esta locura con nosotras, dedicamos bastante tiempo a hacer crecer algo que al final nos dejó muchísimas satisfacciones.

Mientras todo eso sucedía, le hice frente de nuevo a los sentimientos. Tuve la mejor de las celebraciones de cumpleaños. Casi toda una semana festejando con amigos y familia, con los cuales estaré eternamente agradecida. Pero esa noche… esa noche me cambió la vida.

Era 30 de agosto y entre miedo y curiosidad, comencé a enamorarme de nuevo. Una cosa parece que llevó a la otra, porque al final, empecé a vivir dos sueños en uno.

Él me hizo feliz durante muchas noches. Canciones al oído y versos a mis ojos. Pasión en la piel y el corazón latiendo fuerte. Entre el estrés y la felicidad viví agosto y septiembre.

En octubre nació Roger Alejandro, mi nuevo sobrino, lo cual me llenó de ternura y felicidad. Y a finales de mes tuve a los dos hombres que me inundaban de amor bajo el mismo techo.

Me fui a Caracas llena de nervios y euforia. Ese 29 de octubre, en el aeropuerto internacional de Maiquetía, lo vi por primera vez. Pablo Alborán es un verdadero encanto personalmente y de físico, es el triple de guapo que en la tele.

Los próximos días significaron para mí un antes y un después en mi historia. Conocí a muchas chicas que parece que hubiese tenido cerca toda mi vida. Susana, Davinia, Lilibeth, Xiovelyn, Eliany, Yohana, Mariana, Angi, María José, Oriana, Fernanda, Gypsy, Aicerg, Génesis, Anisk, Rosaliz, Kristell, y varias chicas más que fueron por esos días mis cómplices.

Sucedieron cosas. Mi amor anónimo decidió no darme la cara y, aunque estuvimos toda una semana en los mismos lugares, nunca nos hablamos de frente respecto a sentimientos. No sé cómo definir esa etapa de mi año. Era demasiada emoción y demasiada tristeza juntas.

Gracias a él pude ver a Pablo Alborán en un concierto íntimo y pude conocerle, tomar su mano y mirar sus ojos. Sus ojos en los que me perdí por completo.
Fui por primera vez a Valencia y disfruté del concierto y de mis alboranistas el 01 de noviembre. Ese día, pude abrazar por vez primera a Pablo. Recuerdo sus palabras una a una. Sus abrazos y nuestras risas. Su piel de porcelana. Sus besos para mí mientras cantaba.

Sueño hecho realidad, sin duda alguna… y también gracias a él. Recuerdo que alguna vez me aseguró que yo podría vivir ese momento y, tal como me comentó, logró que fuese para mí una realidad.

El 03 de noviembre viví mi tercer concierto de Pablo Alborán con mis alboranistas y con Nomar. Creo que si hay personas a quienes debo agradecer más que nada en el mundo son a Nomar, a Xiovelyn, a Eliany y a él, el chico del cual no puedo decir nombre.

Al siguiente día tocó despedirnos de Pablo y su banda, quienes también fueron maravillosos con nosotras, y despedirme de él. De lejos, sin que nadie se enterara.
Luego la vida volvió a la normalidad y me di cuenta de que mi atención estaba totalmente enfocada en lo que había en mi corazón. Que aquello de soñar con conversar con Pablo y contarle mi anécdota de por qué le admiro quedó en segundo plano.

Es así como descubrí que todo es un hilo enorme que se va tejiendo y nos va envolviendo, cual telaraña. Que el destino da sus vueltas y nos pone siempre en los caminos adecuados.

Para finalizar el año me enteré de que seré tía de nuevo y crecen mis esperanzas de algún día poder tener yo mi propia familia.

2013 no fue tan mal como parece. Me ayudó a volver a la vida. A sentir, a soñar, a volar más allá de los límites. Estos 365 días que están a punto de acabar marcaron mi corazón con amor, esperanza y fe de que las cosas son posibles y de que el Universo es sabio y siempre nos coloca justo donde debemos estar y al lado de las personas que merecemos.

Gracias a todos por ser parte de esta etapa de mi vida.
Gracias a ti por leerme.
Gracias a los Dioses por darme la dicha de sentirlos en cada poro de mi existencia.
Felices 2014 para todos.

¡Que sus sueños sean una realidad!


domingo, 29 de diciembre de 2013

Sueño cumplido



Una de mis películas animadas favoritas es Enredados. Me identifico mucho con ella, especialmente con una escena donde Eugene le pregunta a Rapunzel si está bien y ella le dice que tiene miedo. Durante mucho tiempo estuvo soñando con algo, ahora tenía miedo de que no sucediese como ella esperaba. Y si las cosas salían como ella quería, entonces, ¿qué haría después? Eugene le responde con una frase que me marcó: “tiene su parte buena, podrás buscarte un nuevo sueño”. Y así fue como me sucedió.
Todo comenzó hace unos pocos años atrás: me enamoré de un artista y creí que necesitaba conocerlo y conversar con él, pero en realidad todo eso me estaba llevando directo a vivir otras emociones, a descubrir nuevos caminos. Ya saben, todo tiene su por qué.
Sucedió por fin el 29 de octubre de este año que está a punto de terminar. No había escrito al respecto porque son recuerdos que prefiero tener tatuados en la memoria, además, cualquier cantidad de caracteres no serían suficientes para describirlo.
Ahí estaba yo, a sólo días de vivir mi sueño. Tenía miedo. Y una voz en el teléfono me decía que era lo que siempre había soñado y entonces recordé a Eugene: ahora que cerraba un ciclo, se estaba abriendo otro.
Pablo Alborán se hizo realidad para mí. No más videos, fotos, canciones. Era él con sus pantalones ajustados y sus camisas sencillas frente a mí. Era él y su sonrisa. Él y sus manos tan blancas que desentonan con el resto de su piel. Era Pablo y su piel de porcelana.
Abrazos, sonrisas, miradas, besos, canciones a todo pulmón, fotos, amigas, euforia, emoción, felicidad en estado puro.
Era tener a un sueño delante, pero voltear cada cinco minutos a buscar mi nuevo anhelo con la mirada.
Entonces, ¿es el destino el que se encarga de tejer toda una telaraña de sucesos que conlleven a otros para acercarnos a una meta verdadera? ¿Luego de un sueño siempre viene con él otro? ¿Qué tan difícil puede ponerse?

Cuando se trata del corazón, los deseos son más rudos de cumplir. Aun así, soy de esas personas que aunque sabe que existe un límite, no deja de correr hacia ese punto, con la esperanza viva de romperlo. Pero esta vez… tal vez sea yo quien ha terminado de romperse.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Despertar soñado

Abro los ojos y los rayos de Sol están posándose en su mejilla. Tengo sueño aún, pero prefiero mantenerme despierta y ver su cara, imaginar qué sueña. Le doy un dulce beso en la mejilla, esperando no despertarlo y me escurro fuera de las sábanas.
Tomo su camisa y me siento sexy vistiéndola. Despeinada por una noche de pasión y de puntitas para no hacer ruido, lavo mis dientes y me miro incrédula al espejo. Sí, eres tú, despertando a su lado, me digo a mí misma.
Al salir, ha cambiado de posición pero sigue dormido. Sonrío y continúo el camino hacia la cocina. Jugo de naranja, tostadas y fruta fresca voy preparando con todo el amor del mundo porque sé que le encantará. El olor a café inunda el apartamento y espero que eso no lo haga volver aún de su sueño.
Me río sola sin creer lo que estoy viviendo. Es algo que siempre había soñado.
Regreso a la habitación y me abrazo a él desde su espalda. Le doy un sonoro beso en la mejilla. “Arriba, campeón, ya es tarde”. Se retuerce entre las sábanas e inesperadamente me toma con sus brazos, lanzándome a la cama.
Entre risas se va despertando. “Te amo”, me dice con los ojos llenos de alegría. “Y yo te amo a ti” y le abrazo fuerte, queriendo fundirme para siempre en ese momento.
“Arriba, que el desayuno está listo” y quejándose se mete a la ducha. Sirvo el desayuno en la cama y al regresar me mira sonriendo.
-¿Has hecho todo esto?
-Con todo mi amor.

Y juntos disfrutamos de una primera mañana juntos, esperando que se repita o que nunca se acabe. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Su boca

Su boca.
Su boca es un hueco.
Un perfecto espacio entre su perfilada nariz y su prominente barbilla.
Es delicada y tentadora.
Con las medidas justas para recibir a mi boca.
Su boca, invita a la mía a rozarla.
A jugar con mis labios en los suyos.
Mientras me hundo en ese espacio debajo de su nariz.
Un lugar donde quiero quedarme por siempre.
Su boca.
Mi lugar favorito.
El espacio de su cuerpo donde pasaría todos los veranos de mi vida.


Entre tragos y conversaciones

-Cuando nuestra novia nos mantiene contentos, no tenemos necesidad de mirar a los lados.- dijo Eleazar, mientras tomábamos una copa aquella noche lluviosa, en un bar cerca de la playa.
Realmente me llamó la atención aquello. ¿Si nos mantienen contentos? Es decir, ¿el amor y el respeto se basan en una simple dosis de atención? César, el chico que mi amiga Carmen nos presentó ese día, también dijo cosas claves.
Por ejemplo, que la rutina acaba con todo, cosa en la que tiene toda la razón. Pero, ¿el amor se esfuma por tener un mes haciendo las mismas cosas? ¿Es el amor algo tan efímero?
Si bien es cierto que la rutina nos aburre, la comunicación es algo clave. A mi modo de verlo, no por tener un mal rato con la persona que amas, debes engañarle para salir de la rutina.
Era el segundo César que mi amiga nos presentaba en aquel bar, y era también la segunda noche que nos sentábamos con Eleazar a hablar de esos temas que a veces nos joden la vida.
Pero, ¿hablar de relaciones con un hombre en quien no tienes ningún interés? Eso siempre es provechoso. Sueltan datos claves que nos ayudan a entenderles.
Aún así, sigo sin procesar lo que me decían. “Los hombres necesitan emociones nuevas”. ¿Por qué engañar a alguien y hacerle sufrir, cuando se puede, antes, terminar la relación? ¿Por tener algo seguro?
Recuerdo el caso de un amigo que hace tiempo tuvo algunas aventurillas porque su novia estaba lejos. No se enteraría, es cierto, pero, ¿qué sí? ¿Y si ella hiciera lo mismo y él se enterase? Entonces, maldeciría el día en el cual decidió confiar.
Por ahí dicen “no hagas lo que no te gusta que te hagan”. No juegues con los sentimientos de nadie. No mientas a alguien que daría todo por ti.
No era la primera noche en la que un grupo de amigos y yo nadábamos en ese mar de opiniones encontradas. Tampoco era nuevo para mí escuchar el descaro de algunos especímenes del sexo opuesto. Lo que sí era una novedad, en cambio, era descubrir que yo esta vez no los apoyaba, a pesar de tener una carga sobre mis hombros en esa materia.
No, yo no apoyo el engaño.
Yo no soy parte del engaño.


miércoles, 31 de julio de 2013