sábado, 16 de octubre de 2010

El camino al cielo



Voy corriendo en la playa mientras mi chico me sigue, jugueteando, enamorados.
Corro y corro hasta que me alcanza y me lanza a la arena.
Mi respiración se paraliza, lo tengo sobre mí, mirando fijamente mis ojos.
Me besa profundamente y mi mente traviesa empieza a volar.
Escapo de él y le pido que esta vez corra y me deje atraparlo. Él obedece. No hago mucho esfuerzo pues mi novio deja que lo alcance fácilmente y entre risas lo empujo a la arena.
Lo miro fijamente y me subo sobre él. Mis labios rozan los suyos y él intenta corresponder mis besos pero con un dedo le cierro la boca.
-Cierra tus ojos también- le pido, con temor y picardía a la vez.
Los cierra y yo bajo mis labios, besando su cuello.
Estoy temblando, las primeras veces nunca han sido las más desinhibidas pero su piel promete llevarme al paraíso.
Mis labios bajan por su pecho, recorren su abdomen y empiezo a jugar con mi lengua. Un poco más abajo hay algo que se hace muy obvio y es lo que hace que me esmere cada vez más.
Choco con su zona sur y levanto la mirada, sus ojos están abiertos. Él estaba allí, deseoso, mirándome.
-No seas curioso, cierra los ojos, no necesitas ver el camino al cielo- le digo, sonriendo.

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