jueves, 6 de septiembre de 2012

Receta para ser feliz


        Hay días en los que tenemos el corazón hecho pedacitos pero no nos queda más que enfrentar la vida e intentar ponerle todo el pegamento posible a nuestros sentimientos para que no nos hagan perder más cosas en el camino.
         Pero, ¿cómo podemos lograrlo? Yo tengo una fórmula cliché: sonreír. Pero no sonreír de mostrar los dientes y listo, sino sentir que sale de ti. Hay una serie de cosas que podemos aplicar durante el día para intentar mejorar nuestros ánimos. Yo le llamo “receta para ser feliz” y aquí te la voy a contar.
         Comienza desde que abres los ojos. Lo que ves a tu alrededor tal vez no es lo que deseas: una cama vacía, una persona fría a tu lado, un lugar en el cual no estás cómodo, etc. Ignora eso. Respira profundo, agradece por estar viv@ y piensa positivo: hoy será un gran día. (Sí, debes creértelo).
         Arréglate. Ponte guap@ (o al menos inténtalo) y piensa que tu mejor prenda de vestir, tu mejor accesorio, tu mejor máscara, es tu sonrisa, forzada, falsa, o como te salga, pero sonríe.
         Da los buenos días en cualquier lugar al que entres. Las personas no siempre van a responderte, pero te sentirás bien por ser educad@ y no parecer un zombie más de la sociedad.
         Mientras vas al trabajo, universidad o a donde quiera que te dirijas, mira lo que hay a tu alrededor e intenta darle un valor a cada cosa. No, no a los edificios ni a los autos, sino a la naturaleza. Las nubes, el clima de este día, las montañas, los árboles, la brisa que corre y juega con tus cabellos.
         Realiza tus actividades de manera relajada. No hagas las cosas por hacerlas, sino para que queden bien hechas, si no, no tendrían sentido. Ponle amor a lo que creas, y si no te gusta, te fastidia, quisieras estar haciendo algo distinto, piensa en todas las personas que no tienen la oportunidad de realizar nada en esos momentos.
         Si te toca trabajar con el público, ármate de paciencia y no lleves esa película que creas en tu mente, asesinando personas, a la vida real. Imagina que estrangulas a quien quieras, pero sonríeles y dales un trato amable, que la ira no salga de tu mente y recibirás el mismo pago de vuelta.
         Cuando comas, disfruta de la comida, saborea cada cosa, valora cada bocado que llevas a tu boca y agradece por tenerlo. De regreso a casa, vuelve a disfrutar de lo que te rodea. Dicen que las personas sensibles ven lo que está a lo lejos y disfrutan más de los detalles, tal vez tú seas una de esas personas y puedas percibir lo que está más allá de tus narices.
         Una técnica que mi mejor amigo y yo siempre aplicamos es intentar adivinar la historia de las personas con las cuales nos topamos en la calle. Imagina cómo son sus vidas, cómo reaccionarían ante alguna situación o cuáles serán sus mejores recuerdos. Eso hará que te pongas en otros zapatos y aprendas a valorar el lugar en el cual estás ahora.
         Cuando de nuevo estés en casa, da amor a quienes te rodeen. A tus seres queridos siempre demuéstrales cuánto valen para ti, no sabes si los vas a tener mañana. Si debes solucionar algo, no lo dejes para otro día. Si has de decir algo, dilo. Si sientes que tienes que abandonar, abandona. Pero no postergues nada, el momento es ahora.
         Si aún tienes tiempo, realiza actividades que te gusten, te relajen o te hagan sentir mejor. Harán que sientas que tu día fue más productivo y también alejarán de ti las tensiones.
         ¿Suena como un día agotador? Es sólo porque estamos acostumbrados a ir por la vida sin detenernos a ver lo que hay alrededor, sin valorar las sonrisas y tratando a todos como mejor nos parezca, pero eso sí, queriendo que nos traten de la mejor manera posible cuando no nos lo ganamos.
         No es fácil, pero podemos intentarlo. Tal vez más adelante nos demos cuenta de que vale la pena, de que merecemos sentirnos mejor, de que el mundo entero nos necesita siendo mejores personas.
         Tal vez esta no sea la mejor de las recetas, pero se acerca mucho a lo que yo aplico cada día. Así que espero que sirva de algo y que de tanto hacernos creer que somos felices, al final lo logremos.

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