lunes, 28 de mayo de 2012

Crónica de una graduación tardía (Parte I)



Esta soy yo intentando describir cómo ha sido el proceso de mi graduación. He decidido escribir un antes y un después. Ya saben, por eso de que muchas veces suceden cosas inesperadas que pueden cambiar el desenvolvimiento de un hecho.
         Cuando me senté a pensar acerca de cómo redactar esto, se me vinieron muchas cosas negativas a la mente, pero siguiendo el pensamiento de uno de mis profesores que asegura que en un blog siempre debe haber algo positivo y algo que enseñar, decidí dejarlos a un lado.
         Digamos que son cosas normales: no querer ver nunca más a ciertos compañeros, haber esperado casi un año para que por fin te entreguen el título, soportar el faranduleo desatado y sonreír para las 264641210536 fotos “pa’l feisbuk”.
         Sí, como dije anteriormente, tuvimos que esperar alrededor de un año para que nos pudieran hacer un acto. ¡Qué cosas! ¿No? En fin, no me había sentido emocionada al respecto. Pensaba que cumpliría con todo el protocolo, vería a todos llorando y me iría a casa a llenar de orgullo a mis padres.      
         ¡Error! 
Yasdelia, tienes sentimientos. Sí, intentas ocultarlos, pero ahí están.
Mientras preparaba todo (papeles, trajes, etc.) empecé a sentir mucho estrés. Vístete de azul, no, de verde, péinate hacia atrás, no, hacia adelante, colócate tacones, no, mejor botas, no te maquilles así, ese color no te va, con ese vestido te ves gorda, esa falda está muy coMALDICIÓN. DÉJENME SER.
Elegí lo más sencillo y decidí hacer todo en completa tranquilidad, sino un acto que debe ser para disfrutarse se me iba a convertir en una pesadilla que jamás querría recordar.
No soy católica, como muchos saben, pero hoy me tocó ir por mi familia a la misa de grado. La verdad es que me gustó mucho, sobre todo por eso de verlos a todos unidos, sonrientes y felices de que por fin este sueño se viera realizado.
Fue como abrir los ojos y darme cuenta de que es un momento que definitivamente marca un antes y un después en nuestras vidas. No sólo por el hecho protocolar de recibir un título, sino por saber que luchaste tanto por llegar a la meta y lo lograste con la frente en alto.
Es como si te dijeran: ten, esto es lo que mereces por tantas noches en vela y tanto exprimir tu mente para crear. Y vale más porque eso que te están dando no es dinero, que si bien no cae mal, no debería ser el motivo principal por el cual se estudia en la vida.
Me he ganado un título que para mí no representa un pase para ganar dinero, sino algo que me dice: el éxito es tuyo y aunque este papel no es lo que importa sino lo que he aprendido, es una representación de todo lo que he luchado por ser cada día una mejor profesional.
Veamos cómo se sigue desarrollando en los dos actos que me faltan esta emocionante parte de mi vida, donde dejo de ser una universitaria para convertirme en licenciada y seguir pateando la calle para llevar la verdad a cada una de las personas que estén dispuestas a conocerla.

4 comentarios:

  1. Tú ya conoces mi historia, no es necesario explicarla.

    Lo único que lamento es no haber formado -del todo- parte de uds. Estaba solo y para mí era lo mejor, seguir esa línea hasta el final. Por lo menos aprendí a soportar ser un paria.

    Todo por inoperancia, y por alguien que me hizo creer que yo no servía para esto. Lo peor es que me tragué el cuento, hasta que empecé a caminar en el mundo laboral. Subestimé mis propias capacidades y fueron otros los que me devolvieron la fe que había perdido. Uds intentaron tenderme la mano y yo simplemente dejé de escucharlos. También hubo otros que forzaron mi presencia en el acto, pero más por sí mismos que por mí, esos no me importaron.

    Perdí una condecoración importante por ese retardo (periodista del año en una alcaldía) y por eso me puse belicoso con la graduación (todavía más). Ni yo creía que podía figurar para algo así.

    Ahora tendré que ver cuándo esos inoperantes se digan a darme el título para poder irme de ese antro y nunca volver.

    Por lo pronto, vive ese triunfo y sabes que vendrán más.

    ResponderEliminar
  2. Nadie puede decirte que tú no sirves, porque no es así. Tienes un gran talento, y sin dudas, lo demuestras día a día con tu dedicación a este maltrecho periodismo que tenemos hoy en día y que estamos encargados de mejorar.
    Me siento orgullosa de haber sido tu compañera y de, de alguna manera, ser una de las que más trataste durante ese corto período de tiempo.
    Gracias por tus palabras, son siempre maravillosas.
    ¡A celebrar y echarle ganas, colega! Que el mundo y el éxito nos espera :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo que agradecer eso de ti, por mucho. La forma en que te conocí es algo que poco se da. Te hallo en Twitter, me entero que tienes un blog muy bien mantenido y te encuentro en la universidad.

      No soy de los que creen cosas esotéricas, pero ahí hubo una conspiración universal.

      Desde aquí me gustaría cooperar contigo alguna vez en algo relacionado a blogs, sería bastante genial.

      Saludetes!!

      Eliminar
  3. Sí, jaja, fue realmente extraña la manera en la cual nos conocimos. Hablamos por Twitter, me dices que estudias periodismo y esa noche entro al salón y te veo. ¡Jajaja!
    Digamos que fue cosa del destino =)
    Muchísimas gracias, me encantaría tu ayuda pues sé lo bueno que eres con esto.
    Un abrazote :*

    ResponderEliminar